Comencé a trabajar en el año 2000, cuando una campaña de banners para Lycos se consideraba una innovación digital. Durante la crisis de las puntocom, pasé por varios estudios de diseño y comunicación hasta que encontré mi lugar en una empresa multinacional, Ogilvy, donde parecía que me estabilizaría después de 3 años en Madrid y 1 en Londres.

Sin embargo, mi carrera profesional ha evolucionado en sintonía con las agencias para las que he trabajado en diferentes ciudades y países, con diferentes clientes y con la evolución de la industria. Me considero un creativo proactivo y reactivo, capaz de conceptualizar una estrategia global para una multinacional o ejecutar una campaña en redes sociales para un cliente pequeño, desde el concepto hasta la animación de historias de Instagram con After Effects.